Boda en finca Ronesa
Maria & Thomas
El pasado fin de semana, tuve el honor de fotografiar una boda muy especial: la de María y Thomas, una pareja que actualmente reside en Liverpool pero que eligió volver a las raíces de María para celebrar uno de los días más importantes de su vida. El lugar elegido fue la espectacular Finca Ronesa, ubicada en un entorno natural privilegiado, en plena sierra alicantina, a los pies del pantano de Tibi, en Alicante. Un enclave gestionado por el grupo Terre, que ofrece alojamiento y gastronomía de alto nivel. Esta boda, llena de detalles únicos y cargada de emoción, fue una auténtica muestra de cómo el amor, la familia y la creatividad pueden crear magia.
LA FINCA – Finca Ronesa, Tibi, Alicante
La celebración tuvo lugar en la Finca Ronesa, un espacio con encanto propio, donde naturaleza y arquitectura se funden para ofrecer un entorno íntimo, elegante y con personalidad. Coordinada por Alba, cuya atención al detalle fue impecable, y con el apoyo de Ximena en recepción, quien se encargó de alojar a todos los invitados con una sonrisa y muchísima amabilidad. Esta finca-hotel no solo fue el escenario ideal, sino que se convirtió en un auténtico hogar durante el fin de semana.
Decoración artesanal con olivos y velas
María, que estudió protocolo y actualmente trabaja como maestra en Liverpool, diseñó toda la decoración de su boda con un gusto exquisito. Con tan solo 120 euros en plantas de vivero y ramas de olivo recogidas de la antigua finca de su abuelo (fallecido), consiguió transformar el espacio con un estilo rústico, emotivo y muy personal. Incorporó candelabros familiares, cristalería especial y velas que ella misma seleccionó, creando caminos de mesa y rincones mágicos tanto en la ceremonia como en el banquete. Una decoración que no solo fue bella, sino profundamente simbólica.
EL RAMO DE NOVIA
El ramo de María fue obra de La Trastienda, una floristería que supo captar a la perfección la esencia de la novia: natural, sencilla y elegante. Un ramo que combinaba a la perfección con el entorno y la decoración hecha a mano.
MOMENTO PIJAMAS
Uno de los momentos más entrañables ocurrió la noche previa, cuando María regaló a sus amigas unos pijamas personalizados de la tienda Shein. Risas, confidencias y brindis entre amigas en la habitación del hotel con vistas a la sierra alicantina, dejando claro que la boda ya empezaba con buen pie.
LA CEREMONIA
La ceremonia, íntima y emotiva, se celebró al aire libre, en un enclave dentro de la finca rodeado de árboles, montañas y una brisa suave de verano. María y Thomas pronunciaron sus votos frente a familiares y amigos llegados desde Reino Unido y distintas partes de España, en un escenario decorado por la propia novia con detalles naturales y un altar sobrio, pero muy elegante.
CÓCTEL FLAMENCO
Durante el cóctel, un grupo de flamenco en directo animó el ambiente. Entre palmas, guitarras y voces, se vivió uno de los momentos más espontáneos de la boda: una divertida “guerra musical” entre los chicos y las chicas, cantando y bailando, rompiendo el hielo y encendiendo el alma de la fiesta desde el principio.
LA CENA Y LA TORRE DE CHAMPÁN
La cena fue una celebración en sí misma: platos cuidados, emociones a flor de piel, brindis y lágrimas de felicidad. Uno de los momentos más espectaculares fue la torre de copas de champán, en la que María y Thomas brindaron con todos sus invitados bajo las luces cálidas del salón.
LA FIESTA Y EL TORO MECÁNICO
La fiesta no fue menos espectacular. En un momento dado, los novios y sus invitados aparecieron vestidos de cowboys y se lanzaron a domar un toro mecánico que hizo reír y vibrar a todos. La fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada, con música, bailes y un ambiente inolvidable.
La boda de María y Thomás en Finca Ronesa (Tibi, Alicante) fue mucho más que una boda: fue una celebración del amor, de las raíces y del compromiso con los demás. Una finca con vistas espectaculares, un equipo humano maravilloso (gracias Alba y Ximena por vuestra dedicación), una novia creativa y sensible, y una fiesta que dejó huella.
