Una boda de invierno en Valencia
Marta & Tomás
Hay bodas que se recuerdan por la luz, otras por el lugar. Y luego están las que se quedan grabadas por cómo se sienten.
La boda de Marta y Tomás fue una de esas. Una boda de invierno en Valencia, con lluvia, nervios, emoción real y un equipo humano que hizo que todo fluyera de una forma increíble.

Viernes: una sesión con amigas en Only YOU Valencia
El fin de semana empezó el viernes con una sesión muy especial. Marta quiso compartir un rato previo con sus amigas en el Hotel Only YOU Valencia, y aprovechamos sus espacios para crear una sesión fresca, divertida y con un punto muy editorial.

Usamos distintas zonas del hotel: la habitación, la recepción y el restaurante Salvaje. Risas, complicidad y una energía brutal que marcó el tono de todo el fin de semana. No era una preboda al uso, era un recuerdo real con sus amigas, sin poses forzadas.

Un imprevisto resuelto en tiempo récord
Ese mismo viernes surgió un momento de tensión: Marta se quedó sin maquilladora a última hora. En menos de una hora, gracias a la ayuda de varios compañeros del sector (todos volcados en ayudar), conseguimos solucionarlo.
Estos momentos no suelen verse, pero forman parte de cualquier boda… y de lo importante que es rodearse de buenos profesionales.

Sábado por la mañana: preparativos entre lluvia y emoción
El sábado amaneció lluvioso, pero con esa calma especial que tienen los días importantes.

En casa del novio
Empezamos en casa de Tomás, junto a sus padres, su hermana, su hermano y su cuñada. Fotos naturales, momentos familiares y alguna que otra escena divertida mientras se vestía. Incluso salimos a la calle para hacer algunas fotos aprovechando que la lluvia dio una pequeña tregua.

En Only YOU Valencia con la novia
Después volvimos al Only YOU para los preparativos de Marta. Junto a su hermana, transformamos la recepción y los espacios del hotel en un escenario perfecto para una sesión muy libre, jugando con el mobiliario y buscando un estilo más moda, sin perder naturalidad.


Jimmy Choo
Marta llevaba un vestido de Rosa Clará, maquillaje impecable y zapatos Jimmy Choo. Estaba espectacular.

Ceremonia religiosa en la Parroquia San Juan de la Ribera
La ceremonia tuvo lugar en la Parroquia San Juan de la Ribera, en Valencia, y fue profundamente emotiva. Todo estaba decorado por ellos, con mucho mimo y personalidad.
Miradas, nervios, sonrisas y lágrimas reales. Una ceremonia íntima, muy sentida, de las que se viven de verdad.

Una salida bajo la lluvia que nadie olvidará
A la salida de la iglesia empezó a llover con más fuerza. Marta estaba nerviosa, pero ocurrió algo precioso:
los invitados cerraron los paraguas para que ella no sintiera la lluvia como una molestia, sino como parte del momento.

Ese gesto convirtió la salida en uno de los instantes más emocionantes del día. Pura humanidad.

Cuando se vive el momento, la lluvia deja de ser un problema.

Camino al Huerto San Vicente
Subimos al Rolls Royce y pusimos rumbo al Huerto San Vicente, una de las fincas con más encanto de Valencia. A pesar de la lluvia, hicimos una sesión de pareja divertida, dinámica y muy natural, jugando con los paraguas y el entorno.

Decoración navideña y un equipo impecable
Al llegar a la finca nos encontramos con una decoración espectacular, de inspiración navideña, con rojos, tonos cálidos y una atmósfera muy acogedora.
- Decoración floral: Atelier de la Flor
- Wedding planner: Nerea (Huerto San Vicente Valencia)
- Iluminación y sonido: Audioprobe
Todo estaba cuidado al detalle, creando un ambiente elegante y muy coherente con la época del año.

Cóctel con charanga y una entrada muy valenciana
El cóctel arrancó con una energía increíble, acompañado de charanga y mucha alegría.

Marta y Tomás hicieron su entrada con humo y los colores de la señera, un guiño muy especial a Valencia que levantó a todos los invitados.

Banquete: gastronomía y estética
La comida corrió a cargo de Catering Gourmet – Cartuja del Huerto San Vicente, con una propuesta cuidada, platos espectaculares y un servicio impecable.
La decoración navideña, la iluminación y el ambiente hicieron que el salón se sintiera cálido, elegante y muy vivo.

Segundo vestido y detalles finales
Para la fiesta, Marta sorprendió con un segundo vestido de Rosa Clará, acompañado de guantes. Un cambio de look espectacular que encajaba perfectamente con el ritmo de la noche.
La peluquería fue obra de Zivah (Valencia), que hizo un trabajo impecable durante todo el día.


Tardeo, concierto y una fiesta bruta
Tras el banquete llegó el tardeo, con música en directo y un ambiente relajado antes de dar paso a la fiesta.
La noche terminó con un montaje impresionante de Audioprobe, performance y zancudos de Evenland, y una pista llena hasta las doce y media de la noche. Energía, baile y muchas ganas de celebrar.

Una boda real, vivida de verdad
La boda de Marta y Tomás fue una mezcla perfecta de emoción, lluvia, improvisación y mucha verdad. De esas bodas donde no todo es perfecto, pero todo es auténtico.
Y eso, al final, es lo que queda.


